Sin duda alguna las escaleras fueron y son uno de los inventos más prácticos de la humanidad. Debo decir, aunque suene raro, que me fascinan las escaleras. Su diseño, su estilo y su arquitectura son, simplemente, maravillosos. Pero no todas las escaleras me fascinan, solo las raras. Así que esta entrada va dedicada a las escaleras más raras del mundo.
La escalera oval del Museo Vaticano
Ciertamente, no hay ni habrá escalera más hermosa que la hallada en el Museo Vaticano. La misma estructurada a manera de doble hélice y cuya construcción tuvo lugar en los años 20, fue comisionada por el Papa Pío XI como parte de la ampliación del Museo Vaticano. A cargo de la misma se pondría Ferdinando Marinelli, herrero y artista cuya fundición, Fonderia Artistica Ferdinando Marinelli, era reconocida mundialmente por su trabajo con grandes estructuras de bronce.
La fundición de Marinelli se hallaba en Florencia, por lo que el trabajo artístico en crear la escalera quedaría ensombrecido ante la monumental tarea logística de transportarla a Roma.
Chand Baori
En Rajastán, India, existe un templo cuya estructura principal es una gigantesca escalera 3500 escalones. Rodeado de leyendas que intentan explicar su construcción y sentido, Chand Baori, como se ha dado a llamar, es una estructura aledaña al templo de Harshat Mata cuya construcción comenzó en el siglo IX y, a pesar que la leyenda popular establece que la misma fue finalizada en pocas horas, su conclusión llevaría varias décadas de intenso y laborioso trabajo. De manera llamativa, la construcción del templo no se trata de un edificio, sino de un pozo en el cual las distintas escaleras y salas fueron talladas en la roca natural.
La entrada a Odesa
En la ciudad ucraniana de Odesa existe una espectacular escalinata que, curiosamente, obtuvo su nombre a partir de una película: la escalera Potemkin. Nombrada de esta manera ya que una de las escenas más importantes de la película “Acorazado Potemkin” -película de importancia técnica ya que fue el primer filme en utilizar la edición como herramienta de producción, y si bien fue instrumental a la maquinaria propagandista de un régimen tiránico, hoy en día es apreciada por su valor artístico, al igual que la obra de Leni Riefenstahl-
No obstante, lo más interesante de esta escalera de 192 escalones y 142 metros de longitud, cuya construcción se dio entre 1837 y 1841, es que la misma fue construida con la intención de ofrecer al peatón una ilusión óptica muy particular dependiendo de dónde esté el mismo parado. Si se la mira desde abajo, solo se ven los escalones. Mientras que si se la mira desde arriba, solo se verán los descansillos.
En las primeras dos imágenes se observa la ilusión óptica anteriormente mencionada. La primera vista desde abajo, viéndose solo los escalones; la segunda, vista desde arriba, donde se ven solo los descansillos.
Niesen funicular
Y por supuesto que no podíamos dejar de nombrar a la escalera que deja a Chand Baori como si fuese un chiste. La Niesenlauf en Suiza, la cual se eleva a 2336 metros de altura y posee unos 11674 Escalones. Esta escalera, fue construida al costado de un tranvía, que de hecho es Niesen funicular, como recurso de emergencia. Lo que no quita que muchos atletas la utilicen para entrenar.
En algunas partes el trayecto es tan horizontal que los escalones no suelen tener más de 10 centímetros de altura. Realmente, un paisaje extremadamente bello
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